martes, 25 de agosto de 2015

Wim Mertens Ensemble - Struggle for Pleasure

Hoy, el perro callejero quiero regalarte esta "Batalla por el placer". Eso quiere él, que nunca dejes de perseguirlo. En cada paso que des, habrá un poco de placer más que en el estado anterior. Eso se llama libertad...

domingo, 28 de junio de 2015

HUMANOS RECURSOS



Cuando en las organizaciones se habla de su gente, de quienes las hacen todos los días,
 se ha hecho costumbre referirse a los recursos humanos.
 Como un insumo más de la actividad productiva. Más aquí en el tiempo,
 tal vez alguna reflexión culposa hacia el individuo, hecho a imagen y semejanza de los dioses, creativo, inteligente, emotivo, único y libre, ha sugerido hablar del Talento,
 como algo que supera al común de los recursos. 

Claro que lo supera, porque no es el recurso empresario que se categoriza como “humano”,
 para imputarlo en los costos, sino que es el más humano de los recursos.
 Y es el que reúne y armoniza a todos los demás,
 ya genéticos, culturales, ambientales, etáreos, etc.

El Talento es un complejo producto, que reconoce sus antecedentes en el “Saber”.
 Quien sabe, dispone de conocimientos, habilidades y destrezas, innatas,
 para destacarse haciendo en un medio social. Es necesario que esas calidades naturales,
 para aplicarse efectivamente, estén integradas con emergentes del siendo personal,
 tales como el equilibrio emocional y el estado espiritual, por ejemplo.

En síntesis, creíste, creímos, que la capacidad personal es la confluencia
 de saber Hacer y saber Ser.

Esa capacidad personal, en un contexto o ambiente favorable, auspicioso, generativo,
 puede elevarse al grado de competencia.













Cuando califico al Talento como un producto complejo,
 me refiero a una nueva síntesis, propia de la vertiginosidad de cambios
 en este tiempo que nos ha tocado compartir. Esta nueva síntesis incluye influencias
 de la competitividad del mercado profesional (laboral, en general),
 la dinámica de la información pública, el desarrollo de la economía de servicios,
 las formas educativas presentes, la cultura de las creencias móviles,
                                                                        los nuevos estándares relacionales-afectivos y la adaptabilidad fisiológica a todo lo anterior….

Entonces, aparecen necesidades de desarrollo o énfasis en la capacidad de liderazgo
 en equipos y personas, de foco en las fortalezas propias y superación de las debilidades,
 de aprendizajes efectivos en cada experiencia para elevar la conciencia
 y responsabilidad personales, de emprendedorismo profesional,
 de protagonismo en procesos de negociación con superiores, dependientes o clientes,
 de gestión de la pérdida para transformarla en oportunidad de crecimiento,
 de gestión de la incertidumbre y administración del recurso del cambio continuo,
 por citar solo algunas demandas posibles en los escenarios actuales.


El Talento es una nueva integración: Virtud + Valores.

El ser humano es una creación magnífica, que nos maravilla cotidianamente
 ante cada nueva revelación que hace la ciencia sobre esta magnífica creación.

Más allá de un evitable juego de palabras, hay una representación del devenir
 del comportamiento humano. El Hombre puede comprender cada vez más sobre sí mismo,
 pero no sobre los alcances de la experiencia de vivir e integrarse en su Talento.
 Eso es la creación humana: la revelación permanente de nuevas posibilidades,
 nacidas de su propia Virtud.




La Virtud es un genérico que refiere a
 “algo bueno, correcto,
 moralmente calificado….”.
 Para no entrar en detalles,
 importa que define una característica
 distintiva, saludable, propia y reconocible
 como un aporte de valor a un espacio social.
 Agrega o pone a disposición
 lo que no había hasta entonces.
 Por ello, es un beneficio para ese espacio.



En el actual contexto social o de las organizaciones (empresas, gobiernos,
 clubes recreativos, ONGs, familias), la Virtud es mucho más que
 una habilidad, destreza o dominio de algún conocimiento particular.

Es la expresión de un individuo presente y activo,
 consciente de sus actos y consecuencias, de lo que interactúa, de lo que crea,
 lo que pide y espera. Es el fruto de una transformación permanente,
 que la Naturaleza dirige, para ubicarlo en un lugar de equilibrio,
 inestable, versátil, pero nuevamente estable en su proyección.
 Ese es el beneficio de la Virtud en este nuevo tiempo.

La Virtud se ve, simple, como lo que “sale fácilmente bien y, por eso mismo,
 da placer hacerlo”. Lo que cada vez es menos simple es la agilidad y sencillez
 de los procesos. Allí es donde la Virtud requiere de los Valores para llegar a destino. 

Nuestra conducta es la manifestación de nuestros Valores en la acción.
 Conviene, a esta altura, proponer que los Valores son las creencias
 que alimentan el circuito de emociones-acciones en los seres vivos.
 Los Valores gobiernan las respuestas emocionales ante los estímulos externos
 y permiten a la Virtud su plena presencia, esencialmente productiva.
















Howard Gardner, el promotor de la teoría de las Inteligencias múltiples,
 ha dejado conceptos valiosos sobre la Intuición.
“Cuando alguien puede hacer algo bien o pensar de forma correcta,
 pero es incapaz de explicar cómo lo consigue, eso es la Intuición.
 La gente puede tener muy buena intuición en un área, pero no en otras.
 Un matemático puede ver claramente la resolución de un problema muy complicado,
 pero no tener ni idea de cómo detener una pelea entre dos niños”.

La Intuición es la puerta que se abre para dejar pasar los Valores a que hagan su trabajo. Pocas evidencias hay sobre la mecánica intuitiva. Baste decir que su efecto, su impacto,
 es indicar por dónde conducirse. Por dónde guiar la Virtud, acompañada de los Valores
que la sustentan más allá de su propia pericia, para relacionarse
 y complementarse en el campo de acción.

La Intuición permite fluir ágilmente a la Virtud y los Valores
 aún bajo situaciones adversas. Constituyen, en conjunto, una fuerza natural
 muy superior a la resistencia de la mezquindad egoísta o de alguna patología,
 restricción o trastorno psicológico.
 Es un impulso creativo, absoluto, que facilita gestar la mejor versión de una persona
 en toda circunstancia, superando cualquier condicionante.


La mejor versión de una persona
 es su Talento.
mejor versión es tu Talento.
 Es la aptitud de tus Virtudes
complementada
 por el equilibrio de tus Valores.
 Gestionarlo eficientemente
 es descubrir esos caracteres,
 preparar un entorno favorable
 a su desarrollo y progreso
 y despejar las situaciones insanas
 que lo condicionen o limiten.





Cuál es tu Talento?.
Lo conoces, ya lo sé... Lo estás utilizando?. Estás enfocado en eso?.
Estás entregando tus Virtudes al mundo?. Y qué hay de tus Valores?.
Cuando te miras al espejo, a quién estás viendo?. Al mismo que estoy viendo yo?.
Quién se está perdiendo los beneficios principales?. Tus beneficios, digo...
Quién se está beneficiando hoy?.
Qué esperas?. Qué necesitas que pase?.
Puedo ayudarte?.




viernes, 20 de febrero de 2015

CONCIENCIA CON CIENCIA


“Todo lo que no aceptamos hacer consciente regresa bajo la forma de destino”
 (Alejandro Jodorowsky)

Las palabras son símbolos de símbolos. Representan cosas que, a su vez,
 son lo que hemos convenido que sean. Antes de eso, para otros seres,
 una piedra tal vez haya sido una “tun tun”, y un tigre, un simple “rrraaauuu”.

Yo creo a la conciencia como el conocimiento que un ser tiene y siente de sí mismo,
 de su condición y de su entorno particular. También hay quienes la refieren
 a la percepción receptiva de los estímulos del interior y el exterior.
 Eres consciente de lo que eres, lo que está siendo,
 lo que te sucede, cómo lo procesas y cómo accionas en consecuencia.
 Todo eso, según la capacidad que hayas desarrollado para estar consciente en ese momento.
 Ante cualquier estímulo externo eliges hacer sólo una cosa y no otras.
 Un minuto después, puedes estar siendo más consciente que un minuto antes,
 por la experiencia y por otras influencias. En tal caso, puedes optar por elegir hacer otra cosa,
 que supere la anterior y sus alcances, o dejar que todo siga igual.
 Más allá de la invalidez del arrepentimiento como recurso útil,
 cuando eres consciente que tus resultados no son los esperados ya estás haciendo otra cosa…
poniendo en marcha otra elección.

A mayor frecuencia de tus momentos conscientes, puedes reconocerte como una persona
 con tendencia consciente. No sé si existe el ser consciente, total,
 pero creo en la recurrencia de los estados conscientes.


La inconciencia, valga la aparente obviedad,
 es la ausencia de conciencia en un momento.
 Actúas automáticamente.
 Pero tiene su fuente en un momento de conciencia anterior,
 cuando una acción quedó registrada en el menú cerebral
 como respuesta a un estímulo externo.
 Esa acción pudo ser propia, única,
 o del clan al que perteneces, cultural y biológicamente.






“La conciencia es el mejor libro moral que tenemos”
 (Blas Pascal).



La evolución científica descubre y sorprende. O sea, sorprende porque descubres
 novedades para tu aprendizaje. Por ejemplo, que la conciencia tiene formas. Qué?.
 Que la conciencia no es una abstracción, una nube, un dibujo en el aire con tus manos
 o un concepto místico. La conciencia tiene vida propia y expresiones.
 Son tus elecciones. Son tus aprendizajes, o sea tu conocimiento hecho acción.

La conciencia es un mecanismo adaptativo al entorno. En su devenir, el sistema nervioso animal desarrolló capacidades para procesar más eficientemente el influjo de señales externas,
 en relación directa con la creciente complejidad de la información que recibe.
 La clave está en tu atención, tu presencia, en muchos sentidos un sinónimo de tu conciencia.
 La atención es un método de manejo de datos, la forma que tiene tu cerebro
 de racionar sus recursos de procesamiento, incluyendo
 dejar espacio para otros recursos, no mentales.

La conciencia es el resultado de la economía evolutiva del cerebro.
 Esto fue privilegiado por la selección natural,
 ya que un conjunto de representaciones
(que incluye al ser consciente), un objeto y el proceso de atención que los vincula correlaciona datos de diferentes dominios
 y habilita un enorme potencial para integrar información,
 ver patrones más amplios y entender la relación entre uno mismo
 y el mundo exterior. El inconsciente aparece en ese caso,
como referente de comparación. Si no encuentras allí tu respuesta,
 vas por un salto consciente hacia un nuevo estadío.

“Tú no eres alguien que es consciente del árbol, del pensamiento,
 del sentimiento o de la experiencia. Tú eres la conciencia
 en la que esas cosas aparecen”
 (Eckhart Tolle).


Te conviertes en una computadora orgánica con la capacidad de cambiar el foco de tu atención
 para procesar otro paquete de información. La evolución no tiene, necesariamente, que tener
 un componente moral o espiritual que se ajuste a los deseos de las narrativas predominantes.
 Al contrario, en el marco de la aptitud biológica, la eficiencia parece regir la naturaleza
 y se vale de sus infinitas posibilidades para crearse y re-crearse continuamente, eternamente.

Tu intuición es la percepción íntima e inmediata del sendero hacia una decisión
 frente a un estímulo externo. Creo que es algo así como el puente
 entre la experiencia dura (inconsciente) y la opción correcta (consciente).
 No quiero dejar a la palabra “correcta” como una síntesis. Amplío en calificativos respecto de la
opción consciente: presente, poderosa, mayor, liberadora, única…
 Cada una se ajusta a una observación diferente.



Tu conciencia se inspira en tu intuición,
 creyendo en su fuente eterna.

“Creo en un dios personal, que es la conciencia:
 a ella es a la que le debemos rendir cuentas cada día”
 (Mario Benedetti).



La neurociencia ha comprobado, midiendo actividad eléctrica, que las mismas áreas del cerebro
 se afectan (idénticamente) cuando un objeto es visto o imaginado, percibido o creado idealmente.
 La acción posterior verificada es la emisión de un pulso eléctrico dirigido hacia un órgano,
determinante de lo que popularmente conoces como emoción.
 Candance Pert, investigadora y profesora de la Universidad de Georgetown, refirió a las células como “hogares de conciencia”, porque allí se concretan las reacciones interatómicas que,
reproducidas a escala mayor, modifican las respuestas orgánicas.

El físico cuántico Ami Gostwami dice que “los átomos no son cosas sino tendencias.
 Energía en movimiento contínuo. Por tanto, es necesario pensarlos como posibilidades”.
 De acuerdo a lo anterior, quién y cómo elige de entre esas posibilidades para que se produzca
 una experiencia actual (consciente)?. La respuesta de la física cuántica es rotunda:
 lo que crees, creas.

La realidad es un número “n” de ondas que conviven en el espacio-tiempo como posibilidades,
 hasta que una se convierte en real: eso será lo que vivas. Somos nosotros, tú y yo, quienes
 nos ocupamos, con nuestras elecciones y, sobre todo, con nuestros pensamientos
 (“tú no puedes”, “yo sí puedo”) de encerrarnos en una realidad limitada y negativa o en la consecución de aquellas cosas que soñamos. En otras palabras, la física moderna nos dice
 que podemos alcanzar todo aquello que ansiamos (dentro de ese abanico de posibilidades-ondas),
 en tanto seamos conscientes de eso.

Greg Braden, relata que los antiguos esenios (la comunidad espiritual a la que, dicen,
 perteneció Jesucristo) tenían una manera de orar muy diferente a la actual.
 En su libro “El efecto Isaías: descodificando la perdida ciencia de la oración y la plegaria”,
 Braden asegura que su manera de orar era muy diferente a la que los cristianos adoptarían después.
En lugar de pedir a Dios “algo”, los esenios visualizaban que aquello que pedían
 ya se había cumplido, incluyendo sus sensaciones asociadas.
 En el Evangelio según San Marcos, puedes ver:
 “Por eso os digo que todas las cosas por las que oréis y pidáis,
 creed que ya las habéis recibido, y os serán concedidas” (Marcos 11:24-26).



Diversos experimentos han concluido
 en modificaciones del ADN de especies estudiadas en laboratorio ante estímulos exteriores.
 Tales mutaciones, consecuencia de prácticas
 no naturales inducidas, se han mantenido
 en generaciones sucesivas y explican comportamientos inconscientes, no existentes previamente a esas experiencias.



William James y Vilas, profesor de Psicología y Psiquiatría de la Universidad de Wisconsin,
 encabezó un estudio que investigó los efectos de un día de práctica intensiva de la atención
 en un grupo de meditadores experimentados. Después de ocho horas de práctica de la atención,
 los meditadores mostraron una gama de diferencias genéticas y moleculares.
 "Hasta donde llega nuestro conocimiento, este es el primer documento que muestra alteraciones rápidas en la expresión génica en temas relacionados con la práctica de la meditación consciente.
 Lo más interesante, es que se observaron los cambios en los genes que son los objetivos actuales
 de los fármacos analgésicos anti-inflamatorios".
 El estudio fue publicado en el Diario Psychoneuroendocrinology.

Bruce Lipton, en su libro “La biología de la creencia”, afirma que “la función de la mente es crear coherencia entre nuestras creencias y la realidad que experimentamos….
 Lo que esto significa es que tu mente ajustará a la biología y al comportamiento del cuerpo
 para encajar con sus creencias. Si te han dicho que te vas a morir en seis meses y tu mente lo cree,
 lo más probable es que morirás en seis meses. Eso se llama el efecto “nocebo”,
 el resultado de un pensamiento negativo, que es lo contrario del efecto placebo,
 donde la curación es mediada por un pensamiento positivo. Ahora ¿qué pasa con la parte que no quiere morir, la mente consciente?. ¿No afecta a la química del cuerpo para revertirlo?.
 Todo se reduce a cómo la mente subconsciente, que contiene nuestras creencias más profundas,
 se haya programado. Las personas han sido programadas para creer que son víctimas
 y que no tienen ningún control”. En la conciencia están las posibilidades de sanación.
 Están las elecciones vitales.


La Programación Neurolingüística (PNL)
ha puesto  en modelos todas estas investigaciones. Esto es, aplicando formatos comunicativos
 conscientes para influir en la mecánica cerebral.


“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz,
 sino haciendo consciente su oscuridad”
 (Carl Jung).


La ciencia avanza sobre la conciencia. La descubre y explica. Allí está su límite.
No es nuestro caso. Tú y yo somos seres conscientes. Creadores de conciencia.
 Nosotros hacemos consciencia, cuando elegimos actuar como sentimos.
 Nada ni nadie nos condiciona esa libertad.
Nada ni nadie nos impide esa posibilidad.

De qué estás siendo consciente ahora?. Para qué te está pasando lo que te pasa?.
 Te escuchas?. Qué escuchas?. A quién estás escuchando?.  Qué aprendes de eso?.
 Qué haces con eso?. Qué vas a hacer con eso?.
 Seguirás mirando en la platea la película de tu destino?.