martes, 13 de mayo de 2014

Guau… perra suerte …!


De tanto mirar a mis colegas, creí necesario dejarte por escrito algunas costumbres de ellos (nosotros),
 a ver si tú (ustedes) aceptas que son valiosas y decides incorporarlas a tu cultura (la vuestra).

Para que resulte más claro, te lo digo como sugerencias, si?.

Toma todo el aire y el agua que desees. Eres un bicho natural y allí está tu fuente de vida.
 Puro placer es sentirte dueño de esos momentos. Cuánto hace que no disfrutas del pasto en tu espalda?.
 Y que el aire seque tu piel mojada?. Simplemente conectado con lo que te hace bien.
 Eligiendo eso y escapando de lo que no creas como tal.


No dejes de saludar efusivamente
 a tus seres queridos. Ahora y mañana.
 Lo merecen y te los mereces.
 Puedes evitar babosearlos,
 si así lo prefieres.
 Si son queridos es porque los quieres,
 y los quieres en todo momento,
 no una vez por mes.
 Qué esperas que pase para decírselos?.






De vez en cuando hay que obedecer un poco,
 tanto como para no necesitar recibir gritos ni recordatorios imperativos.
 Pero recuerda que uno obedece lo que acepta como ley común del lugar.
 Lo enfermizo no es tu tema, sino de algún otro profesional.

También es útil que los demás sepan que no harán contigo todo lo que ellos decidan,
 porque eres soberano en tu vida y en tu territorio. Los hombres le llaman libertad a eso.
 Dicen que es poderosa. Para nosotros, lo que se parece a eso, sí que lo es.


Saltar, correr, reír y comer estará en tu agenda diaria.
 Cada cosa en su tiempo y a tu demanda corporal.

 Trata de no comer saltando ni corriendo, ni correr comiendo, ni reír saltando.
 Entrégate a tus sentidos para cada satisfacción.
 A veces, cuesta conseguirlo.
 Pero sabes que lo que cuesta, vale…



La lealtad es una virtud y no una obligación.
 Eres libre de serlo con quien elijas, según tus criterios.
 Decides serlo, a diferencia de las bestias, que no tienen opción.

Si llevas vida de perro no pretendas saltar de rama en rama o reptar para llegar a algún lado.
O si, preténdelo y hazlo si creas algo con eso, bueno para tí y que no afecte o dañe a terceros.
 No serías tú; aunque llamaras la atención, probablemente en algún momento pierdas el camino.
 Peor que eso es volver a encontrarte con tu alma de perro, que te retará duramente.
 Creo que ustedes le llaman consciencia a eso, si?.

Conserva lo que quieras en lugar seguro y discreto.
 Del mismo modo, si deseas algo muy intensamente, no dudes en poner tus fuerzas
 para llegar hasta lo profundo, donde esperas encontrarlo.
 En ambos casos, sólo tú sabes íntimamente qué quieres guardar o encontrar.
 Escucha tu intuición antes que buscar una guía externa. No la hay tan certera.




Tu presencia es importante también cuando estás en silencio,
 acompañando a distancia,
 sin invadir ni provocar.
 Respetando
 los espacios de otros,
 ayudas a otros a que aprendan
 a respetar el tuyo.
 En la película universal
 no hay actores que sean
 principales todo el tiempo.





Deja que te toquen y abracen sin mostrar los dientes.
 Guarda las quejas para el momento en que sientas que te están haciendo daño.
 En tal caso, un gruñido a tiempo puede resolver un conflicto más justamente que un ladrido.
 Si no confías, tal vez estés mandando el mensaje que no es conveniente acercarse a ti

Si no has volteado la olla, no te escondas ni señales al que lo hizo.
 Lo justo es así aún cuando no te defiendas. Deja que el agua corra por un lado y tú corre hacia otro,
 hacia tus amigos, para reponer energías bajas. Tus afectos siempre están disponibles.

Gatos, caballos, vacas, ovejas, plantas y los seres humanos son otras formas de vida.
 Diversas, legítimas. Convives con ellas y ellas, contigo. Compartes escenario.
 Todos son necesarios allí. Algunos más que otros, según el momento.
 Pueden saber de tu presencia sin necesidad que les pongas tus condiciones de pobres o malas maneras. Mejor aún: tu presencia es valiosa cuando muestras tu mejor versión




Tu mejor versión es la que te sale sola,
franca, libre, presente, fuerte,
 potente, sabia, aventurera.
 La que, hasta inocentemente,
 esperan ver los demás.
 Así como nosotros nos acercamos
 moviendo la cola y con cara de amigos,
 como sonrientes,
 pocos imaginan que detrás de eso se esconda
 una misteriosa amenaza salvaje.
 Somos casi humanos,
 pero nunca podremos evitar el “casi”.
 Tú ya lo eres.
 No dejes de serlo. Cada uno en su lugar, si?.

Espero que valores mis sugerencias.