martes, 30 de diciembre de 2014

2015 FELIZ

Fin de otro año. Y que lo que viene sea feliz.
Yo, perro callejero, te quiero recordar que nada "es" feliz sin tu consentimiento.
Y te quiero dejar algunas sugerencias, que creo es lo más útil para llevarse de éste
 al próximo año.

A mi manera, brindo porque sigamos juntos.
Gracias por acompañarnos.


Juega. Nada es tan serio. Ni tú.













Ocupa el lugar que elijas. Donde seas tú.


Ve por lo que creas tuyo. Ahí está tu compromiso.













Observa. Atento, antes de hacer nada.
                                         







Siente tu cuerpo. Sabe más que tú.


Deja que te acaricien. Y acaricia.

Camina. Construye tu historia y tu memoria.



Mira con Amor a todo lo que te rodea. Eres parte de eso. Es tuyo.

Sé FELIZ, y 2015 será FELIZ.






jueves, 4 de diciembre de 2014

EL LIBERTAZGO


Hace ruido un árbol que cae en medio del bosque?.

El árbol emite ondas sonoras. Las ondas sonoras, como las ondas de radio
  (en realidad las ondas energéticas de todo tipo), necesitan ser captadas por un receptor.
 Hay muchas ondas de radio que inundan esa habitación en este momento,
 pero no hay sonido porque no hay un receptor sintonizado con ellas.
 El oído humano y el animal son receptores. Si un árbol cae en medio del bosque,
 y no hay nadie allí para oírlo, no hace ningún ruido. El sonido no es sonido hasta que lo oyes,
 del mismo modo que la onda energética no parece materia hasta que la ves o la tocas.

Esta idea está bien expresada en los modelos de la física cuántica
 La física newtoniana sostiene que los objetos son reales, que son externos a ti
 y llevan una existencia separada. La física cuántica demuestra que esto no es verdad.
 El universo no es lo que asumes que es. Tu mundo no es lo que es, sino lo que ves.
 Tu vida no es lo que te pasa, sino lo que haces con eso. Mejor dicho, Tu Vida.

Todo lo que parece existir es pensamiento inseparable. Cuando observas algo,
 se produce un cambio a nivel subatómico. Todo está en tu mente, incluyendo tu propio cuerpo.

Cuántas veces te dije ya que escuches a tu intención?.
 Como el árbol en el bosque, ella emite ondas. Quién las recibe?.

Recibes señales todo el tiempo. En un primer estado sensible, crees poder separar
 señales externas de internas. Lo que lees de afuera y lo que te dice una voz interior.
 Lo que percibes y lo que sabes que sientes. No hay tal diferencia. Lo que te llega,
 de donde venga, es información de tu propia vida. Mejor dicho, de Tu Vida, la grande,
 la que está en tu esencia vivir. Son las guías que te propone alguien que sabe de ti
 más que tú mismo y que las pone delante tuyo para que no vayas por otro lado.
 Y vas para otro lado…

Cuanto más te alejas de esas señales,
 cuanto menos sensible eres a esos llamados,
 cuanto más rutinario se te hace atender
 a otros ruidos, menos vives Tu Vida.
 Hasta que en algún momento,
 empiezas a ver luces fuertes,
 como si fueras por una avenida
 en contramano. Y sientes golpes,
 como si chocaras en esa avenida,
 yendo en contramano.
 Qué les pasa a estos,
 no ven que van en sentido equivocado?.
 No hay quien ponga orden
 en este lugar…?????.



Nadie pone orden. Empiezas a ponerlo tú. Y empiezas por ti.
 Cargando esa espalda de culpas por lo que “te has equivocado”, por lo que has elegido “mal”,
 por lo que te han “maltratado” (o no tratado “como mereces”),
 porque has dejado tu vida “postergada” por otros, porque te han “usado”,
 porque no has estudiado lo que “hubieras querido”, no has hecho “carrera”,
 no encuentras “sentido”, estás “triste”, y más…. 
Esperas que el año nuevo cambie el aire de tus pulmones?.

La culpa que sientes es la diferencia entre lo que percibes de ti y lo que eres.
 Tu vida y Tu Vida, enfrentadas.

Todas las culpas que te cargas son las veces que no te escuchaste,
 y elegiste y decidiste con plenitud de responsabilidad en ese momento.
 Con los recursos que disponías en ese momento
 y con la información que quisiste usar de toda la que contabas.
 Entendiendo que había consecuencias por eso, pudiste imaginarlas todas brillantes
 o esconderlas debajo de la alfombra, si tenías dudas y preferías dejarte llevar
 por dulces y ajenos motivos. También esto fue tu decisión.
















Pero este ser que eres es tan maravilloso y tan poderoso que puede recrearse.
 Basta con re-creerse.

Cuando quieres algo, en el rubro que sea, entrégalo a tu intuición.
 Dale la oportunidad a Tu Yo que te responda.
 Si eso que quieres califica en Tu Vida, lo desearás.
 Paso siguiente, imaginarás tu mundo con “eso” que deseas adentro.
 Lo que imaginas es la síntesis de lo que piensas y lo que sientes íntimamente, muy tuyo.
 Esa conexión es la vía por donde se disparan las acciones, tuyas y del entorno,
 que concretarán tu deseo. Crearás lo que imaginas. 
No es magia, no es casualidad, no es milagroso.
 Es Tu Vida, haciéndose presente en tu vida.


Esto es un aprendizaje.
 Como sucede en estos casos,
 requiere de prácticas intensas
 hasta generar hábitos y destrezas en ellas. Ejercitarse. Experimentar.
 Tu intuición habla en el silencio.
 O a través de tu cuerpo, utilizando
 otros cuerpos, en medio de una noche de disco, mientras manejas tu auto, cuando duermes,
 cuando abrazas, cuando lloras, cuando enfermas… cuando necesita hacerlo.


Tu intuición es quien corre los límites de tu conciencia. Más intuyes,
 más consciente eres de tus actos. Más dueño de cada decisión. Tan responsable como antes,
 pero con más recursos para decidir. Más libre para elegir.
 No es eso lo que te has reclamado tanto tiempo?. No es esa tu mayor culpa?.


Escucharte libera, porque estás en este lugar
 para superar cada batalla cotidiana.
 No a otros, sino a tu propia construcción enemiga. Superar todo lo que has puesto en tu camino
 y que no es tuyo. Lo sacas solo con reconocerlo
 en esa condición de ajeno, extraño.
 No te detengas en los dolores de la “pérdida”,
 en la incertidumbre de “cómo será después”.
 No estás perdiendo nada, no hay después.
 Hay otra cosa.


 No importa si te diste cuenta recién hoy. 
Ganas todo para delante. Liberas energías para tu próxima batalla.

Así, empiezas a re-escribir tu novela. La historia de un líder que movilizó a su propia libertad
 y contagió paz, amor y salud a su alrededor. Suena entusiasmante, si?.
 Imagino un éxito de ventas. Hasta imagino el título de tu novela: EL LIBERTAZGO.
 Si alguien te pregunta, no le digas que es el liderazgo de tu libertad.
 Que cada uno le ponga su título…


lunes, 3 de noviembre de 2014

LA HUMANADA

El Orden natural está presente en cada momento de tu vida.
 Vives en y de acuerdo a una programación, que no maneja tus movimientos
 sino que los armoniza con el resto de la vida, hasta donde imagines que hay vida,
 materia o energía. O registros de existencia de algún tipo de movimiento.

De tan natural es imperceptible, hasta que te detienes a observarlo. Aún en su rutina,
 no pierde intensidad o capacidad de impacto. Ni se aleja de su rol como organizador del caos,
 esa aparente incerteza que alienta la creación permanente.
 Su función única y eterna es facilitar las condiciones para su continuidad.
 La continuidad y trascendencia de la vida, cualquiera sea ésta.
 En su acontecer complejo y simple, a la vez,
 se descubren los alcances de una inteligencia mayor, exquisita,
 que gobierna las macros y los detalles con la misma presencia y autoridad.
 Seducen sus argumentos porque llegan donde no existen barreras, superándolas.
 Y por las formas que toma. Invita antes que convencer. Es, antes que explicarse.
 Está presente, íntegra. Vives ahí, en un diálogo profundo y confluyente.
 Eliges crear y creas en ese entorno.

Es una inteligencia que comprende a la Vida. Es la Vida.




El Hombre, de tanto vivirla, sintió curiosidad por ella y decidió imitarla, a su manera.
 La inteligencia artificial, creada por el Hombre en honor y tributo
 a esa misma esencia creadora, está desafiando, irreverente, al paradigma de la Creación.
 Fue pensada para agilizar procesos rutinarios, repetitivos,
 para minimizar riesgos y maximizar rendimientos de recursos y retornos,
 para ir hacia el corazón de su sistema, estar cada vez más cerca de su razón y ser,
 explicarlo, complicarlo y hasta replicarlo; pero, también, para organizar
 a la caótica desorganización humana en una supra inteligencia,
 que reproduce y niega, a la vez, a la inteligencia superior.

El conocimiento avanza descubriendo los porqués de la vida y negando los paraqués.

La inteligencia artificial es, entonces, un camino hacia atrás, pero no hacia las fuentes.
 Se justifica en todo momento en la búsqueda de encontrar lo que ya es. Pequeña gloria
 que ningún dios entiende. La inteligencia del sistema grande, la Verdad, crea en todo momento
 y no necesita explicar-se. Está a la vista de quien quiera verla. Mejor, contemplarla.












El bastón no es simplemente una herramienta que le ayuda al usuario a mejorar su estabilidad,
 sino una genuina incorporación cognitiva y corporizada que resulta en la creación de un nuevo circuito distribuido entre el agente y el mundo. La plasticidad neuronal modifica y actualiza
 el esquema mental del cuerpo del usuario del bastón, desempeñando un papel central
 en el proceso completo de incorporación cognitiva del mismo. Es importante señalar
 que esta continua negociación y re-negociación de los límites entre el cerebro, el cuerpo,
 el bastón (considerado un artefacto cultural) y el mundo
 está siempre determinada por un comportamiento estratégico,
 focalizado en la resolución de un problema (p. ej., trasladarse de un sitio a otro).
 Por esta razón, Andy Clark (co-autor de la Teoría de la Mente Extendida)
 sostiene que ciertos artefactos culturales (p.ej., bastón para invidentes, lápiz y papel
 para resolver operaciones matemáticas, agendas, mapas, etc.) y dispositivos tecnológicos
 (p.ej., desde los interfaces cerebro-ordenador hasta los iPhones, Blackberries, etc.)
 trascienden su funcionalidad básica como herramientas
 que simplemente aumentan las capacidades humanas.

La tecnología, desde que el Hombre le dio
 un nuevo uso a un tronco de árbol cortado
 o a una piedra, es una extensión artificiosa
 de su inteligencia natural.
 El deseo de vincularse de manera
 más poderosa con su entorno
 promovió progresivos desarrollos, complementarios a sus recursos básicos.
 Acompañó ese devenir sin culpas,
 porque no había desencuentros
 en sus desafíos de superar condiciones.
 Por años, empujó límites y fronteras.
 Hasta que un hombre identificó su límite
 en un semejante y quiso eliminarlo.

Fueron otros por la misma idea. El Hombre cedió su poder, así, a algunos hombres.
 Y éstos hicieron del Hombre, un museo.

La inteligencia artificial busca a diario ser reconocida como un modelo sustentable,
 que tiene muchas virtudes y comodidades. Entre ellas, acceder-te como invitado
 a un mundo amable y auspicioso. Allí está nuestra información,
 disponible a un click de distancia. La verdad nuestra es, ahora, una verdad bajo custodia.
 A un click de distancia, si. Mientras haya click.

El nuevo orden, artificialmente explicado, es cada vez más virtual. Omnipresente y eterno.
 Confiable e inteligente. Allí se traslada el día a día, virtualmente. Tu día y el mío.
 Si hasta encuentras explicaciones de cómo manejar tus emociones, leyendo una pantalla.
 Y cómo se hace eso, aquí?. Cómo hago para que la nube esté en mi cuerpo
 y entienda lo que siento?. Cómo explica, este orden, que genera personas cada vez más
 útiles y funcionales a la inutilidad y la disfuncionalidad humanas?.
 Qué les pasa a esos cuerpos jóvenes, y no tanto, que nacieron en la inteligencia artificial,
 cuando les habla la otra inteligencia, la que nunca pierde su energía?.

Es una inteligencia que no comprende a la Vida. NO es la Vida.

















Ahora, tienes en casa todo lo que antes requería de interacciones físicas externas a ella.
 El mercado, el cine, el estadio, la iglesia, el trabajo, el gobierno
 y hasta algunas formas de amor desfilan por tus aparatos electrónicos.
 Importa más el registro que la vivencia:
 lo que no está digitalizado corre con desventaja de ser poco creíble.
 Al decir de Anderson, “hay más creyentes que poseedores de fe”.
 Cambia la creencia, cambian los creyentes. Qué cambia?. Qué queda?.
 Humanoides, cada vez menos humanos?. La humanada. La manada humana.
 Inteligentemente artificial. Artificialmente amañada. Humanamente...
 Un nuevo orden, artificialmente humano


















No se trata, creo, de negar o negarse. A cada momento hay una oportunidad
 para un aprendizaje consciente. Una revisión, una reparación o una nueva síntesis.
 Para eso eres un ser inteligente. Doblemente.
 Lo que traes más lo que tomas te hacen poderoso.
 Único.

Qué sabes de tu inteligencia emocional?. A quién pides ayuda cuando necesitas?.
 Quién te responde?. A quién escuchas…?. Cuánta vida hay en tus artificios?. Y al revés?.
 Qué programas llevan tus pasos?. Qué manejas de eso?.
 Te puedes imaginar un ser libre y socialmente tecnológico, ambos en tu cuerpo?.

miércoles, 8 de octubre de 2014

De ilusiones también se vive (y se muere despacito)


"Vino, enséñame el arte de ver mi propia historia como si ya fuera ceniza en la memoria..."
 (J. L. Borges)

El vino te ayudará a comprender que el pasado es ceniza en tu memoria.
Sólo permanece aquí porque tu presente le hace lugar. Es una de tus ilusiones.

Si alguna vez estuviste en una situación límite, que te demandó una respuesta precisa e inmediata,
en la que cada instante fue un capítulo, estuviste en plena consciencia del momento “ahora”.
 Te concentraste en la administración eficaz de tus recursos
 y en tomar las decisiones con que superaste la emergencia.
 En una fracción de segundo, gestionaste una compleja provisión:
 atención, observación, evaluación, cálculo, diseño, preparación, coordinación y acción.
 Nunca sabes lo fuerte que eres hasta que ser fuerte es tu única opción.

En ese escenario temporal, no sirvió de nada tu pasado. No estuvo presente.
 Porque no hubo lugar (tiempo) para que dialogue contigo, con tu mente.
 Si lo hubiera habido, probablemente, su influencia habría cambiado alguna o algunas
 de tus decisiones, menguando tu poder. Te habrías entorpecido.

El pasado solo existe cuando desprecias
 el encantador poder del “ahora”.
 Entonces, ingenuamente, abres las puertas
 para que tomen tu control diversas formas de culpas, amarguras, resentimientos, tristezas, quejas, lamentos, dolores, sihubieras… en fin, un cóctel insano que corroe
 tu calidad humana. Y complica tu presente. Tu “ahora”.

Más allá de las situaciones límites, eso te pasa todo el tiempo.


El pasado está presente en tu vida con tu consentimiento.
 Recordándote que hiciste mal muchas cosas, que te has equivocado y puedes repetirlo,
 que por ello hay culpas que pagar (todavía), que no debes olvidarte de las pérdidas
 materiales ni afectivas, que eres injusto, que tienes una actitud incorrecta, que has lastimado,
 que pudiste haber hecho otras elecciones, que dejaste pasar con pena y sin gloria
 muchas oportunidades para cambiar de suerte, que hay cosas que no son para ti
 (porque siempre fue así), que tu experiencia te aconseja no meterte en determinados lugares
 porque te comprometes y después es difícil salirse, que tienes motivos para quejarte
 y puedes sostenerlos, que callaste y estás arrepentido, que debes sufrir en silencio
 para no hacer daño a otros, que cuando no arriesgaste no ganaste y te lo reprocharon,
 pero otras veces arriesgaste y te salió mal la jugada …

O que ves cómo progresó tu vecino o tu hermano y eso te obliga a buscar explicaciones.
 Que no has estado con tus hijos lo suficiente, que no hablaste alguna cosa con tu padre
 o tu abuela ya muertos, que si te hubieras puesto de novia con aquel chico tu vida sería mejor,
 que si no hubieras fumado tanto tiempo, que por qué no estudiaste aquello otro....
 En fin… entras en alguna de estas categorías ?. En cuántas….????.


Tu ahora es tanto más poderoso en relación directa a cuanto menos influya
 sobre esta actualidad tu pasado. Ya no se trata sólo de situaciones límites; cotidianamente,
 lo que atiendas a tu pasado estás desatendiendo a tu presente.
 No hay dos tiempos ni dos vidas paralelas para ensayar.
 Uno excluye al otro en lo que hagas y eso tiene expresiones muy claras
 en cuan directo o laberíntico sea tu camino.

El pasado en el presente es una ilusión.
Vives con la ilusión de poder cambiar algo hacia atrás.
Y no te permites fluir, entregarte a tu potencia natural,
para que tus capacidades hagan, libres, buscando ponerte en el lugar que este mundo te necesita.

De manera más general, la incapacidad de aceptar y aceptarte en tu dimensión presente,
 genera crecientes trastornos psicológicos y, más tarde, físicos. Se complica la fluidez vital
 de tu organismo, que comienza a darte signos de las restricciones a su funcionamiento natural.
 Surge una compulsión inconsciente, defensiva, que pretende cubrirse (cubrirte) del mundo externo
 y sus influencias. Es el nacimiento de tus juicios. Las interpretaciones y las percepciones
 conducen todas para el mismo norte, que es asegurarte la supervivencia en un medio hostil.

 Ese sistema se alimenta continuamente mordiendo su propia cola.
 Su prolificidad es envidiable: nacen miedos todos los días. Creas una falsa identidad.
 Tu mundo externo empieza a teñirse de grises y sombras. Acechan los riesgos.
 Aumentan tus prevenciones. Tus relaciones se enferman o son asépticas, en precaución.
 Tu cuerpo pesa cada vez más y se restringen tus libertades de movimiento.
 La paranoia te espera en la próxima estación.

No puedes evitar que sucedan cosas, pero sí puedes elegir qué hacer cuando esas cosas suceden.
De hecho, lo haces siempre, Acepta que es así. Prueba de prestarle atención.
Cuando aceptas que el pasado no puede ser modificado,
 baja notablemente el quantum de estrés que aquello produjo.
 Y, lo más importante, puedes controlar tus re-acciones y proyecciones hacían terceros.
 Allí puedes dedicar todos tus recursos a fluir con la situación hasta que se resuelva naturalmente.
Y así sucede.

Enfocarte sólo y totalmente en eso, sin dialogar con nadie más que con tu enorme capacidad
 para encontrar respuestas en tu ahora.
Qué hacer ahora con lo que estás sintiendo ahora.
Eso es la vida.













Eliges todo el tiempo.
 Ahora lo estás haciendo. Porque sólo puedes hacer en el presente.

Un viejo proverbio hindú reza: mono viejo no mete la mano en la cumbuca.
 En la India, los cazadores abren un pequeño agujero en un coco, colocan una banana adentro
 y se esconden. El mono se acerca, toma la banana, pero no consigue sacarla,
 porque su mano cerrada no pasa por la abertura. En lugar de dejar la fruta, el mono se queda allí luchando contra lo imposible, hasta que es fácilmente atrapado.
 Concluyendo, digamos que se entrega abrazado a su pasado…

Los monos nos precedieron. Quieres volver allí?.


domingo, 7 de septiembre de 2014

EL SIMPROMISO


El amor es una burda exageración de la diferencia entre una persona y las demás,
 según lo pensaba George Bernard Shaw. Amor es una palabra mágica,
 porque a todo lo que es inexplicable rápidamente lo explicamos con que es mágico.
 En tan solo 4 letras resume la grandiosa potencia y exquisitez del ser humano.
 No necesita de aclaraciones ni congresos para analizarlo.
 En menos de un segundo dice lo que significa. En cambio,
 toneladas de segundos y millones de letras se han utilizado para intentar explicar su ausencia.

Puedes tomar esto como un manifiesto romántico. Pero traigo otras intenciones.
 Pretendo que conversemos un rato sobre lo que pasa cuando el AMOR no está.
 Cuando no está en tus momentos, en tus decisiones, en tus actos, en tus resultados.
 A eso yo lo llamo SIMPROMISO.

No me refiero a que tu novia, esposo, hijos, mascota o amante no estén a tu lado,
 estés triste por eso y las cosas no salgan como esperas.
 Me refiero al AMOR, así con mayúsculas, para distinguirlo del otro,
 que se ocupa de las relaciones hacia afuera, aunque se escriba con las mismas letras.

El AMOR es lo que conecta todo lo que te hace crecer. Es lo que te hace bien,
 lo que te hace fluir ágilmente y conduce a tus logros,
 en familia, profesión, deporte, viajes, trabajo, estudios.


Cuando algo te trae en el aire estás entusiasmado, motivado, sientes que todo encaja
 (más allá de tus planes lógicos),
 cuentas con una energía infinita y hasta te parece
 que tu cuerpo no tiene límites. Sientes que emergen facilidades, casualidades, habilidades,
 se abren caminos y puertas,
 como si la ruleta te hubiera elegido esta vez.
 No es ninguna ruleta…
 es todo un sistema de energías alineadas en una dirección, armonizadas, representadas por las expresiones de los distintos cuerpos que las contienen.
 Las conoces (y las ves en un sistema)
 cuando vas a buscarlas porque tu intuición
 te dice que vayas.
 A esa armonía de energías que conduces en tu provecho,
 en tu beneficio, hay quienes le llaman COMPROMISO.






Hay COMPROMISO cuando estás haciendo lo que quieres, lo que te gusta, lo que eliges.
 Sale lo mejor de ti. Puedes lo más. Tus virtudes, tus destrezas, tus mejores humores
 están a flor de piel y se salen de tu cuerpo para convertirse en logros.
 Explotan tu orgullo y tu sensación de gratitud a los dioses.
 Como lo bautizó Ken Robinson, estás viviendo en tu elemento.

 Estás en este mundo, en este tiempo y en este cuerpo para eso. No hay otra cosa que pueda ponerte
 en un lugar más exitoso que eso, lo que te compromete. Allí, te sientes perteneciendo, contenido,
 dichoso, ecológicamente consciente en el sentido más amplio, porque eres una unidad
 con tu entorno físico, social y ambiental. No te falta ni sobra nada.
Plenitud de recursos y utilidad de ellos. Y tú, el gestor-jefe de tamaña grandeza.

Unos días atrás, una amiga me consultó porque necesitaba medir, cuantificar,
 grados de alcance de objetivos en su empresa y no sabía cómo hacerlo. Le pregunté cuáles eran
 esos objetivos y me los describió confusa, vagamente. Repregunté por detalles
 y en un momento me dijo que eso la aburría. Qué cosa la aburría?. Hacer los números
 (que mostrarían el devenir de su negocio). Me sonó rara esa respuesta.
 Volví a preguntar qué la aburría intuyendo otra cosa. Me explicó, después de resoplar,
 que estaba trabajando en un rubro que le gusta pero que se sentía poco acompañada
 por su socia después de 15 años y que ella se exigía prosperar el negocio
 para encontrar motivos de continuar en esa sociedad. Positivismo, me dijo...

Insistí con que precisara sus objetivos, tratando de imaginarlos en el contexto
 de la empresa y la sociedad. Y allí se terminó la conversación. Apareció su SIMPROMISO.
 Su vaguedad de expectativas y rumbos es el resultado de no estar ya comprometida con la sociedad.
 Querer forzar compromisos a contramano de la propia intuición es tiempo y vida perdidos.
 Los mensajes llegan de distintas formas, hasta que las pocas ganas se apropian de la escena.
 Si no hay alineación de pensamiento y sentimiento, nada parece útil. Nada es útil.





















Otro amigo andaba tratando de sumar vendedores a su gerencia comercial.
 Usaba el argumento que podían ocupar sus tiempos libres y contactos para ofrecer su producto,
 a modo de Plan B, como para ir teniendo otros ingresos por si, en algún momento,
 ante la extendida inestabilidad laboral, perdieran su actividad principal.
 Al cabo de 3 meses, recurrió a verme porque los 3 vendedores incorporados 
habían hecho muy poco de lo que él esperaba.
 Su discurso había sido un boomerang y estaba cosechando frutos del simpromiso sembrado.
 El Plan B le estaba cobrando su factura…

Tú compromiso con algo o alguien es una síntesis psico-emocional.
 Es el resultado de un acuerdo íntimo, profundo, contigo mismo, por el que has decidido
 que tu camino pasa por ese algo o alguien. Tu elección sólo reconoce a su fuente en algo muy tuyo,
 un tesoro que toma las formas de tu elemento.
 Allí sales al mundo exterior a encontrarte con quienes están en esa misma vibración. Y los encuentras.
 Y cómo lo disfrutas, si?. Entonces, crees que la suerte te ha tocado. Es al revés, exactamente.

El AMOR es el clima para que crezcan sanos y fuertes cada uno de tus frutos, preciados y preciosos.
 Tú compromiso es ese AMOR visible, lo que le pones, cómo cuidas y te esmeras para acompañar
 cada iniciativa, cada proyecto, cada elección. No necesito abundar en detalles:
 recuerdas que has celebrado cada vez que registraste estas sensaciones.

En qué andas simprometido por estos días?.
 Necesitas hacer algo con eso.
 Te está llevando minutos, horas, años.
 Te está llevando la vida adonde no quieres llevarla.
 Estás entre nosotros para otra cosa.
 Para darnos lo que trajiste en tu sangre.

 Vamos, lo vas a hacer?.




viernes, 15 de agosto de 2014

QUE APRENDISTE HOY?


Desde que te lo dijeron o lo quisiste averiguar,
 la palabra cultura estuvo asociada a algo establecido, estable,
 un acuerdo mayoritariamente común para el ámbito del que se tratara.
 La sociedad de una región, de un país, de una clase social, de una organización,
 de una familia, de una etnia, de un club, etc., son ejemplos
 de agrupaciones humanas que eligieron una particular manera de ser y hacer su cosa cotidiana.

Hay quienes definen a la cultura como los usos y las costumbres de esos grupos.
 En tal caso, es necesario que esas expresiones se manifiesten reiteradamente
 para consolidar la referencia y hacerla tan natural y visible que defina inequívocamente a esa cultura.

Otros, asocian la palabra cultura con erudición, sabiduría, instrucción, formación, educación.
  Si bien a veces hay un conflicto propuesto entre ambas acepciones,
 no son conceptos muy alejados entre sí, globalmente, dado que todos son emergentes y/o matices
 del desarrollo de la inteligencia del grupo referido.


       Te ha tocado vivir este tiempo. Ser un actor y hacedor en él.
 Has recibido una cultura y has hecho tus aportes propios
 a ésta renovada cultura, en tanto protagonista de tus decisiones.
 Crees seguir perteneciendo a un sistema de valores,
 que va y va, al que solo le haces pequeñas correcciones de rumbo,
 como para adaptarte a algunos vientos cruzados que lo trastornan.
 Y escuchas por allí que hay quienes vienen hablando
 de una cultura global, o globalizada, que se monta encima
     de las distintas certezas parciales y pretende unificarlas.


Más allá de esos intentos y varios logros de encolumnarte, yo soy de los que cree
 que siempre hay una evolución. Sin ponerle signos positivos o negativos, que cada uno elegirá
 según su estado anímico. La evolución es simplemente, pasar de un estado a otro dando volutas,
 en un tránsito con formas curvas, zigzagueante.

Así vas, buscando tu nuevo estado. Impulsado por tus propias inquietudes y curiosidades,
 a su vez alimentadas por las inquietudes y curiosidades de quienes proponen la cultura global.



Cuando todo cambia y evoluciona a un ritmo que te sorprende,
  la cultura es el cambio y no una tradición, por poca vida que hubiera desarrollado.
 Es algo vivo y mutante frente a lo clásico y costumbrista.

 El aprendizaje es, entonces, la cultura de este tiempo. Tu cultura. La mía.
 Cómo gestionar la incertidumbre. Cómo relacionarse efectivamente, que es concretar acuerdos eficaces. Cómo utilizar el conocimiento, sabiéndolo un activo social. Cómo abrirse a lo diverso,
 cómo recuperar armonía con el sistema mayor, cómo fluir con tus virtudes y pasiones,
 cómo aceptar la legitimidad de tantos otros legítimos, pares en la misma búsqueda.

El aprendizaje es el ejercicio de la responsabilidad. Tu responsabilidad.
 Qué haces con cada cosa que te pasa?. Te miras o la miras?.
  Tu aprendizaje te aleja de la mirada culposa de quien explica lo que pasó, una y mil veces,
 sin modificar resultados. Y sufre, se angustia, se desconcierta, reacciona casi salvajemente.
 Se queda colgado de los harapos de la cultura pasada, la que era estable y se está deshilachando.

El aprendizaje es parte de un acto fallido, ya que es lo que sucede a un resultado no esperado.
 Se desarrolla un nuevo observador, consciente, protagonista y líder del acto,
 que desarrolla nuevas competencias en pro de llegar al logro.
 En función de su conocimiento técnico y la integración con sus aspectos emocionales
 (equilibrio espíritu-sentimiento-lenguaje), se desarrolla el aprendizaje,
 que es la aplicación en acción eficaz, de acuerdo a plan.
 Ah… a veces, también el aprendizaje es parte de un acto virtuoso.
 En esos casos, abreva en la humildad de los grandes.


Aprendes todo el tiempo a ser una nueva persona. Evolucionas sin saberte, quizás.
 Lo que está en tu decisión es qué aprendes. O sea, qué haces con lo que recibes de allí afuera.
 Qué conversas con tu silencio y qué te devuelve?. Quién lleva a cabo lo que decides
 y quién decide lo que llevas a cabo?. Cuánto estás creando y cuánto copias,
 tal vez ignorando si hay beneficios en la copia?. Cuánto te ocupas de los demás
 para no hacerlo de ti mismo?. Qué sientes en esos casos?. Qué redes generas en tu beneficio
 y cuáles te enredan?. Cuánta aventura hay en tus días y para qué?. Cómo entiendes tu oferta al mundo
 y a tu servicio, al mismo tiempo y en la misma persona?. Dónde están tus enemigos, tus asistentes
 y tus maestros?. Cómo te relaciones con ellos?. Cuánta confianza tienes y cuánta puedes crear?.
 Qué te emociona y qué pasa después?. En qué crees?. En quién crees?. Qué aprendiste hoy?.

                                                                                             Eso quiero saber, qué aprendiste hoy?.                                                                                                                                                  


jueves, 17 de julio de 2014

MESSI NO ES MARADONA


Pasó el Mundial de Fútbol, Brasil 2014. Muchos ojos de todo el globo estuvieron atentos
 a lo que el enano argentino haría en cada partido, incluidos los de muchos periodistas
 especializados y no tanto. El enano, Messi, no pudo abstraerse de tanto mensaje enfocado hacia él
 que esperaba verlo en “su” campeonato consagratorio. Por lo que haya sido,
no fue tal este campeonato. No como lo esperaban. Entonces, la prensa posicionó (otra vez)
 la comparación Messi-Maradona, promoviendo un debate que yo creo, una vez más,
 está diseñado para sostener sus propios sueldos antes que para encontrar algún resultado.

No hay resultado que buscar, claro. No existe ese resultado. Ellos mismos saben que hay final abierto
 en la disputa propuesta. Tan abierto que no merece llamarse debate. Lo saben, si.
Y tú también puedes saberlo con solo buscar en el diccionario el significado real académico de “comparar: fijar la atención en dos o más objetos para descubrir sus relaciones
 o estimar sus diferencias o semejanza”. Sin echarle agua ya se ve clarito.

Una comparación es, entonces, cuando se relacionan dos objetos (jugadores de fútbol, en éste)
 y se buscan diferencias o semejanzas considerando sus contextos,
 que es, precisamente, lo que los hace incomparables en todo.
 Cuando tu maestra te decía que no mezclaras peras con manzanas era por esto mismo.
 Por ello, lo rico de la comparación no es oponer
 sino destacar lo destacable para cada uno en cada caso.

Messi, Maradona, tú y yo,
 accionamos de acuerdo a la influencia recibida por el contexto
 en que nos criamos y movemos y en función
 de lo que pretendemos modificar de él,
 según lo que aceptemos (y no) de su estado
 y creamos y sintamos (y no) en nuestra capacidad de influir.

Para mucha gente parece casi imposible de evitar tomar posición
 por uno o por otro. Que Messi no tiene el liderazgo de Maradona
 y que el Diego no tuvo las facilidades de Messi en sus equipos.
 O, en el colmo, cómo hubieran sido las cosas
 si uno ocupara el lugar del otro...

Como ya hemos hablado bastante de los paraqués,
 vuelvo sobre eso. El paraqué explica el qué y el cómo
Si la prensa propone que opines sobre tantos temas
 es porque su interés es entretenerte, que pase tu tiempo,
 mientras estás dependiente de lo que ellos quieren que hables.
 De paso, casi sin quererlo, tomas prestados algunos
 de sus conceptos y así la rueda cada vez es más grande
 y rueda más lejos.




 Te vas subiendo a esa rueda sin darte cuenta,
 entretenido, y desde allí pierdes tu propio sentido de marcha. El tuyo. Y yo, el mío.

 En fin, como nos dijeron en la escuela, nada se pierde y sólo se transforma:
 tu creación intelectual y emocional cambia de manos.
 Abonas un negocio ajeno y tus acciones empiezan a perder valor, en relación
 inversamente proporcional a lo que recaudan ellos por tu atención. Y la mía. Y la de tantos.
 Y la de tontos.

Pasan cosas similares en otros campos, como el automovilismo, el tenis, la política, la danza moderna,
 los conciertos de piano, los tenores, las amas de casa, la escuela, la iglesia católica, el rock,
 las suegras, el tango, las vacaciones, los precios, los hijos, los perros callejeros, los autos,
 la publicidad, el clima, las guerras, los aviones y la vida.

Crees que a Messi le importa tu opinión?. Y a Maradona?. Yo creo que sí,
 porque no pueden negarlo. Pero en el día a día, en sus entrenamientos y en su carrera,
 no les mueve un pelito ser “mejor que el otro”. Sí les mueve (todos sus pelos) ser mejores cada día respecto de su piso actual. Enriquecer su capacidad, desarrollar sus habilidades,
 extender sus destrezas, perfeccionar sus virtudes, aceptar y tratar de disimular sus defectos,
 ajustar su consciencia respecto del contexto y, en síntesis, madurar su resultado,
 acercarlo al equilibrio eficaz en el registro del tiempo presente.




No hay más que eso para explicar quién estás siendo y cómo impacta tu producto.
 Tú mismo, integral. Pierdes tiempo y energías buscando saberte mejor o peor que…
 porque así te han criado y así se aseguran que te re-crían todos los días.
 Y los recibes con los brazos abiertos…

Cada quien tiene su contexto y a él se refieren sus actos. 
No es necesario que te compares con otro para saber si estás en buen camino.
 Tu buen camino es el que te dice tu intuición, tu silencio interior y no el ruido exigente
 que llega desde tus padres, hermanos, pareja, hijos, amigos, compañeros de trabajo o de deporte.
 Nadie sabe más que tú respecto cómo y por qué estás respondiendo a lo que tú esperas de tus actos.
 Y no interesa otra cosa, aún con buenas intenciones, porque lo que haya que hacer
 para mejorar tu resultado sólo tú decides hacerlo.
 Te emociona hacerlo, en el sentido más amplio y simple de la palabra. Te moviliza y te mueves.
 Si no es así, ni tú ni otro (menos que tú) podrán ayudarte a ningún logro.

Messi sabe lo que valen su juego y sus resultados. Si quiere más que eso o no.
 Su derecho a lograr un nivel superior no escucha mis/tus ilusiones, deseos y opiniones.
 Su rendimiento deslumbrante es fruto de su síntesis total. Y las bajas, también.
 No es Maradona. Es Messi. Un ser humano que a veces no lo parece.
 Como tampoco lo parecemos tú y yo cuando lo hacemos un dios pagano.

Es un hombre que se ha dejado ayudar
 para potenciar sus virtudes. Sin ocuparse de querer ser otro.
Ni más ni menos. Sólo Messi. Ese trabajo le lleva
 la vida que vemos y la que no vemos. Como a tú y a mí,
 que nos anestesiamos mirando a los opinadores
 y nos olvidamos de hacer cada día la mejor-propia-vida
 que sepamos crear.

Allá los periodistas con su trabajo. Allá quienes quieran enredarse en discusiones sobre quién es mejor que quién.
 Yo me ocupo de lo que existe y es mi materia prima:
 mi carne, mi espíritu, mis visiones, mis emociones.
 En suma, mis actos. Celebro a Messi y a Maradona.
 A Ayrton Senna y a Fangio, a Gardel, a Shakira,
 a unos cuantos de mis alumnos y a todos los que quieren ser mejores que ayer, según el criterio
 que les regale su almohada.


Qué te dijo anoche la tuya?.

miércoles, 11 de junio de 2014

QUÉ TE ESTÁS CONTANDO?


Días atrás estaba reunido con jóvenes que ejercen una disciplina deportiva
 y surgieron algunos de esos juicios tan duros que suelen manejar las personas
 que están entregadas a una práctica competitiva. Así, desfilaron el éxito y el fracaso,
 el deseo de superar a un rival, el desánimo en la derrota o en el bajo nivel personal,
 el sentimiento personalista en medio de una actividad grupal por esencia, etc., etc.
 Digo juicios duros por lo encarnados que están más que por su fortaleza intrínseca.
 Tales juicios son lo que son porque han tenido mucha y continua prensa.

Les ofrecí trabajar esta cosa jodida que tenemos los coaches
 de enfocarnos en los resultados esperados.
 Ganas de complicarle la vida a quienes la llevan como pueden y con tanto esfuerzo…
 Y de sus propias entrañas fueron apareciendo sensaciones distintas.
 Hablamos de la competencia con los propios condicionantes antes que contra alguien,
 de cómo revertir un enojo con inteligencia básica (práctica),
 del disfrute de compartir (renovado, a pesar de años de compartir),
 de lo que se pierde cuando se pierde y lo que se gana cuando se gana,
 de las libertades que no están (pero nadie las tiene escondidas),
 del sentido de un equipo cuando se le da el escaso valor de grupo
 (escaso respecto del valor de un equipo), de la conciencia de pertenencia (o no),
 de las conversaciones pendientes y hasta del espacio responsable del director técnico.


 Al fin, les dejé una pregunta,
  serpenteante, entre sus pies:
 cuando hablan de “éxito” o “fracaso”,
 se animan a identificarlos como los resultados
 que han creado ustedes mismos?.
 La diferencia no es solo una elucubración
 intelectual o semántica. No lo creo.
 Sí creo que es un modo más justo
 de evaluar- se en un dominio determinado,
 el suyo (tuyo) propio.



 Éxito o fracaso es lo que se ve afuera y/o adentro. Lo que hayas logrado, la etapa acabada del proceso,
 es solo por tu responsabilidad y decisión. Si llegaste a lo que esperabas y para lo que te preparaste,
 sólo lo saben tú y tus conversaciones íntimas (contigo). Y qué haces con eso?.
 La semana próxima les cuento qué me contestarán cuando los vuelva a ver…

Quienes hacen algún deporte suelen, en varios casos, también desarrollar
 alguna otra actividad no amateur. Por ejemplo, trabajar, estudiar o vivir en familias
 y en barrios y ciudades. Como son las mismas personas, suelen, también,
 trasladar algunos comportamientos de la cancha a la calle (y viceversa).  Sin darse cuenta, claro está.
 Te ha pasado alguna vez?. Dos veces, dices…?. Cuántas más…?.


He practicado bastante deporte
 y me ha gustado siempre utilizar sus formas 
 para hacer paralelos de conductas. 
 Hoy miro más de lo que transpiro
 y, tal vez, por eso mismo, 
 puedo desafiar a esos muchachos 
 en busca de glorias y trofeos.


Una frase que leí de Alejandro Jodorowsky
 (y me ha encantando) dice que
 “lo que más te hace falta en el mundo
 es lo que has venido a darle”
 Fuerte, precisa, directa.
 Es tu misión aquí y ahora.
 Para qué juegas tu juego?. Quién te califica?.
 Cuál es el sentido de medirte con la vara
 de alguien que no suda tu sudor?.
 Cómo te sientes debajo de esa capa dramática
 que te calzas para soportar tu cotidianeidad?.




Tu libertad no es negociable, simplemente porque no la negocias.
 No te das cuenta que la estás entregando, sin más, cuando reclamas por tus escaseces relativas,
 en tu suerte en el juego y en tus derechos laborales. Si te quejas por eso,
 es porque hay alguien que ha avanzado fácticamente sobre tus posibilidades de elección.
 Han elegido por ti. Has escuchado hablar de la abundancia que te espera si vas por tu libertad?.
 También dejas ir tu libertad cuando te exiges porque te lo piden. O cuando te adaptas por obediencia
 y cuando reaccionas a sangre hirviente. Si, también cuando te quedas pensando qué hubiera pasado
 si hubieras hecho tal o cual cosa, ayer, el mes pasado o hace 5 años. Y si estás ansioso
 por lo que ha de pasar mañana o el próximo jueves a la noche. Todo eso tiene que ver
 con lo que otros te han dicho, han hecho, han influido y deciden, en síntesis,
 con tu consentimiento y energía.

Si eliges permitirte que pase aquello que sientes como un impulso
 desde tus más profundas tripas,
 si te dejas llevar por esas mariposas, tus intuiciones y sensaciones, sin filtros, respiras libertad.
 Así creas lo que es tu día a día. No importan la suerte ni el clima ni un árbitro equivocado.
 Estás por encima de todo eso. Tu juego no está afuera sino dentro tuyo.
 Entonces, te enfocas en tus virtudes y no en restar las de otros.
 Creas y recreas ante la adversidad y no te acomodas “a lo que hay”.
 Sientes y disfrutas la solidaridad ante la vida y no en las desgracias.
 Dispones antes que responder. Le entregas al mundo que te rodea lo que crees que necesita
 y eso te hace grande, distinto, importante.
 Porque importa lo que haces mucho más que lo que dices que crees que haces.
 No, no es más. Es lo único que importa. 

Qué te estás contando?.
 Hablas contigo, con tus tripas,
 o sólo les dices
 lo que te han dicho que les digas
 para silenciarlas?.
 Cuánto crees lo que dices?.
 Cuánto te crees lo que te dices?.
 Si tienes alguna duda al respecto,
 por favor pídele a quien te escuche
 que te mire a los ojos y te cuente
 si están brillando o no.
 Esa es la medida
 de tu sinceridad contigo
y con el mundo que
  estás creando en cada palabra
 que sueltas al aire.



Cuando te haces consciente que tus resultados son la expresión de lo que está pasando en tus tripas,
 has logrado recuperar un escalón en la escala humana.
Estas recuperando sensibilidad. Eso es inteligencia de la más calificada.
Exquisita. Pura.
 Quiero saber cómo te sientes mirando la vida desde este nuevo nivel…